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| Fuente: www.nationsonline.com |
La polémica esta servida. Hay quien lo ve con buenos ojos, argumentando que va a significar una importante inversión para España, así como una fuente de generación de empleo, que prevé crear entre 160.000 y 200.000 puestos de trabajo durante los próximos 10 años, pero también hay quien rechaza un modelo de negocio basado en el juego, que puede incrementar notablemente la delincuencia y la prostitución y que implica enfrentarse a la normativa urbanística actual, creando a su vez unos complejos faraónicos que quedan muy lejos de lo que podemos entender como urbanismo sostenible.
También se argumenta que el modelo de las vegas es un modelo en quiebra, aunque quizás la estructura económica de Nevada no pueda compararse a la de España, mientras que algunos americanos no entienden cómo puede haber oposición a que se implante un Las Vegas en un país con una tasa de paro del 23%.
El proyecto, que se decidirá antes del verano de 2012, supone una inversión deentre 15.000 y 18.800 millones de euros entre 2012 y 2022 (5.882 millones de aquí a 2015). Tiene previsto contar con seis casinos, 1.065 mesas de juego y 18.000 máquinas de azar, complementaría sus ingresos con el negocio hotelero (36.000 habitaciones), la restauración (50.000 plazas), nueve teatros, tres campos de golf, un escenario con 15.000 asientos, etc.
Así pues, nos enfrenteamos a un dilema importante, hacer oídos sordos a nuestro esquema de desarrollo (si es que lo tenemos claro) y anteponer la entrada de inversión y creación de empleo, independientemente de lo que se trate, o posicionarnos en contra y rechazar un modelo de negocio por todos conocido. La gran pregunta es ¿estamos en disposición de elegir? ¿tenemos otras alternativas que solucionen los porblemas del desempleo?. La respuesta es muy compleja, pues conlleva otras relaciones como ¿si se cede ante este proyecto, qué argumentos nos quedan para mantener restricciones al resto?
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| Boulevard de Las Vegas, fuente: evlatino.com |
